martes, 27 de septiembre de 2022

UNA HISTORIA DE TERROR

 

Un bonito día de agosto de hace ya unos 4 años, por recomendación de mi psiquiatra y por voluntad propia decidí ingresar unos días en el hospital Jiménez Díaz para tratar mi desorden. Fui al hospital y llevé un informe de mi psiquiatra, el cual lo entregué al médico que me atendió en el momento; lo leyó y me hizo una serie de preguntas. Pasado el tiempo decidí irme del hospital, pero el bolso lo tenían retenido, por lo que cuando pedí que me lo devolvieran para irme, me lo negaron. Yo insistí diciendo que había ido por voluntad propia pero me hicieron caso omiso.  

Hubo una última vez que lo pedí muy cabreada y lo único que pasó es que llegaran como 7 camilleros, me cogieron, me desnudaron y me ataron una camisa de fuerza a una cama en una habitación vacía. Jamás he sentido tanta humillación e impotencia en toda mi vida, estuve llorando hasta que se me secaron las lágrimas.

Me trasladaron a la planta de psiquiatría, me desataron a media noche y me pasé allí 8 días de lo peor, además solo me darían el alta si accedía al tratamiento que ellos me proponían, así que accedí. 

Creo que esta experiencia y situaciones afines debieran de ser denunciables y ser penalizadas por abuso de autoridad o lo que sea. ¿Qué os parece?

 

 


 

Carla Nobel

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