Ha sido una experiencia muy excitante y a la vez entrañable,
no solo porque he conocido otro país sino porque he podido conocer a mi nueva
nieta Valeria y además me he reencontrado con mi hija.
El país es muy exótico y la gente es muy amable, la ciudad
es muy extensa y tiene unos edificios altísimos con pisos de hasta 50 plantas,
da vértigo asomarse a las terrazas o ventanas, las calles son raras porque casi
no hay aceras, todo el mundo se desplaza en coche o en metro y son unas
distancias muy largas. El poder adquisitivo es muy alto y hay muchas
diferencias entre clases sociales.
Gracias a dios mi hija y mi yerno tienen un nivel de vida
normal.
El viaje en avión se hace un poco pesado pero mereció la
pena porque he podido ayudar a mi hija
con las tareas de la casa y estar con mi nieta que es lo más bonito del mundo,
lo malo es que estos 8 días se han pasado muy pronto y lamentablemente no
podemos viajar tan a menudo como nos gustaría, pero el esfuerzo ha merecido la
pena.
OLGA
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